@article{Varela Ramírez_2022, title={La evolución de la medicina nuclear: el reconocimiento de una especialidad relegada}, volume={26}, url={https://www.revistacancercol.org/index.php/cancer/article/view/949}, DOI={10.35509/01239015.949}, abstractNote={<p>La evolución humana comenzó aproximadamente hace 6 millones de años, a partir de la especie <em>Ardipithecus</em> que habitaba en los bosques húmedos de África, continuando como género <em>Homo</em> con el <em>Homo habilis</em> y llegando hasta nuestros días, a nosotros, como <em>Homo sapiens</em>.</p> <p>La evolución de la medicina nuclear ha sido progresiva, así como la de nuestra especie, obviamente no tan lenta (la evolución necesita tiempo para ir mejorando las funciones corporales para una mejor supervivencia y mantener la reproducción como meta para evitar la extinción), y en estas dos últimas décadas, mucho más. Desde que George Hevessy (1885-1966), considerado el padre de la medicina nuclear, en el año 1932 realizó investigaciones con el empleo de trazadores para marcar alimentos y valorar la trayectoria de estos dentro de los diferentes organismos, incluido el ser humano; esta especialidad médica ha desarrollado una tecnología sobresaliente, conocimientos que permiten diagnósticos y tratamientos novedosos utilizando el teranóstico, palabra acuñada por John Funkhouser, consultor de la empresa Cardiovascular Diagnosis, en agosto de 1998 (1, 2), para describir una herramienta que puede ser usada como diagnóstico, tratamiento y seguimiento a los pacientes. Este concepto ha evolucionado y abarca dos enfoques: una medicina personalizada para brindar una terapia dirigida dependiendo del perfil molecular del paciente, y el teranóstico como tal, en el cual están los biomarcadores y las imágenes que guían los diferentes procedimientos radiológicos, de radioterapia y de la medicina nuclear (1, 2).</p>}, number={4}, journal={Revista Colombiana de Cancerología}, author={Varela Ramírez, Humberto}, year={2022}, month={dic.}, pages={359–61} }